EL LOBO Y EL RATÒN
Ha muchos, muchos años los lobos eran buenos y no se comían a las niñitas como hacen ahora pero algo les pasó para que se volvieran tan malos. Veamos como fue la cosa.
En esos lejanos días vivía un gran lobo que solo comía cereales y frutas y era amable y gentil con todo el mundo.
Un día, al sentarse a la mesa para comer, se lavó las manos, rezó su oración con mucha devoción y los ojos cerrados.
Cuando los abrió y se dispuso a comer, toda la comida que tenía en el plato había desaparecido como por arte de magia.
Lo mismo sucedió día tras día y ya el lobo no pedía más con tanta hambre. Para descubrir al ladrón, hizo como si cerrara los ojos, pero, por entre las pestañas vio al ladronzuelo. Era un ratoncito que se robó hasta el plato donde estaba la comida.
El buen lobo pensó en decirle del caso, con toda urbanidad a la mamá del roedor.
Cuando llagó a la cuevita donde vivía el malhechor con su mamá, la señora agarró una escoba y le cayó a palos al lobo, mientras el hijito le mordía ferozmente la cola. Además, la hermana del ratón le echó al pobre lobito agua hirviendo y le quemó la espalda.
El lobo de milagro pudo escaparse corriendo.
Al llega a su casa, cerró bien las puertas y las ventanas y decidió convertirse en un lobo malo para que los odiosos ratones no le hicieran más diabluras.
Así fue como, por culpa de un ratón, todos los lobos del mundo prefieren comer carne, sobre todo de tiernos niñitos, a cualquier verdura. Y los ratones, más nunca lo volvieron a fastidiar
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EL LUCERO TRAVIESO
Uno de los luceros era sumamente travieso. Le encantaba hacer maldades a sus hermanitos. A veces se escondía detrás de alguna nube y cuando pasaba alguno de sus hermanos, les saltaba gritando para asustarlo. Un día se orinó en la Vía Láctea para echar a perder la leche de los angelitos y la Virgen Mamá lo regañó.
La Luna estaba cansada de castigarlo pero él no hacía ningún caso y seguía con sus travesuras.
Un día decidió bajar a la tierra para esconderse y asustar a su mamá. Así lo hizo, pero al llegar una niñita lo agarró y se hizo con él un prendedor para adornarse la blusa.
El lucero estaba muy triste y asustado. Una noche, por la ventana del cuarto de la niña vio a su madre, la luna, acompañada de sus hermanos y se pasó toda la noche llorando.
A la mañana siguiente la niña vio su blusa manchada por gotas amarillas que eran las lágrimas del lucero.
Lo quitó de la blusa muy enojada y lo botó en la basura. Y el camión se lo llevó hasta el basurero.
Allí, entre montañas de escombros quedó el pobre lucerito.
Esa noche, cuando la luna estaba en lo más alto del cielo, vio el resplandor del lucero entre la montaña de basura, bajó a buscar su hijito y lo llevó al cielo, donde le curó los raspones que tenía y lo iba a castigar para toda la vida, cuando el lucero le dijo:
-No necesitas castigarme, mamá, desde hoy seré el mejor lucero del cielo.
Y cumplió su palabra, es el más bello y grande de todos: es la estrella azul, el lucero de la mañana.
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EL MOUNTRUO
En un lejano país vivía una pareja de novios. Eran el hada Lucinda y el elfo Belloso.
En la región también vivía un hada muy bonita pero muy mala que, envidiosa de la felicidad de los novios, los encerró en una esfera de cristal.
En un castillo cercano habitaba un monstruo con cabeza de pájaro, cuerpo de león y alas de águila. Era muy fuerte y poderoso.
Los duendecitos amigos de los novios le pidieron ayuda, porque él era un monstruo muy bueno
Sin embargó, la esfera era tan fuerte que el monstruo, a pesar de su fuerza, no pudo romperla.
Entonces, el monstruo buscó al hada y la encerró en una jaula con un perico.
El perico se puso muy bravo porque le metieron al hada y cada vez que hacía pupú la ensuciaba toda y no la dejaba ni siquiera comer.
-Bueno, hada Clodomira, si sacas a los novios, yo te saco de aquí. –Dijo el monstruo.
-Lo que pasa monstruo –Dijo Clodomiro- Es que me da rabia, porque yo no tengo novio. Nadie me quiere.
El monstruo se fijó bien y vio que Clodomiro era muy bonita y le dijo:
-Clodomira, yo soy un príncipe disfrazado. Si quieres, te casas conmigo y vivimos en este castillo encantado.
-Bueno, me caso contigo si eres rico. –Dijo el hada.
-Claro que soy rico, ya vas a ver.
Y le regaló un collar de brillantes, una sortija de rubí y una corona de oro.
El monstruo se casó con Clodomiro, quien se volvió buena y soltó a los novios y fueron felices para siempre en el castillo
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EL ELFO MALO
Todos sabemos que, así como hay hadas malas y buenas, también hay elfos malos y buenos.
El hada Estrellada teñía un novio muy buen mozo y galante. No le hacía regalos porque, como las hadas son mágicas y tiene todo lo que deseen con solo pedirlo, no se les puede hacer ningún regalo, excepto cariño, dulzura y amor.
Siempre que se veían, plegaban sus alas y charlaban tranquilamente.
Pero un día estaban en la orilla de un arroyo cuando una gran culebra iba a morder al hada.
El novio no se le ocurrió otra cosa que cargar a la muchacha, abrir las a las y llevara lejos del animal.
Pero cuando la niña vio las alas de su novio, quedó horrorizada, porque no eran alas de elfos, sino de murciélagos, como la de los diablos.
El hada se puso a llorar desesperada y el joven la puso con cuidado e el suelo.
La muchacha trató de huir, pero su novio la sujetó y le dijo:
Yo soy un elfo malo. Menos mal que no has visto mi verdadero rostro, pero, desde que te conocí, me enamoré locamente y eñ amor me ha hecho bueno. ¿Ves mi rostro y mi cuerpo agraciados?, Pues eso lo has hecho tu, con tu dulzura.
Esto seguro que cuando nos casemos, mis horribles alas de elfo malo desaparecerán y me saldrán otras tan bellas como las tuyas.
La muchacha vio los ojos de su novio y, en efecto, vio en ellos el verdadero amor.
Casémonos a ver que pasa, dijo el hada.
Durante la celebración del matrimonio, las alas del novio empezaron a caérsele y en su lugar brotaron alas de múltiples colores y tan suaves como la de los ángeles.
Así, el amor triunfó sobre el mal y los dos fueron felices por siempre.
Colorìn, colorado, este cuento a terminado
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EL HADA SOFIA
El hadita Sofía era un hada muy extraña, su color era oscuro, casi como una avellana.
Casi todas las demás hadas eran blancas como una azucena y nadie sabía por qué Sofía era diferente.
Un día llegó al palacio de las hadas una señora muy viejita que pidió hablar con la reina. Esta la recibió con gran amabilidad y la anciana le dijo:
Hace muchos amosque busco algo que hace poco me enterré que ustedes tienen,
Hace dieciocho años, la reina de las hadas morena tuvo una niña pero es muy extraño que la niña fuera tan blanca como un jazmín. De todas formas fue ciad como princesa y es bellísima y de buen corazón.
La reina contestó: Eso es cierto, aquí vive un hada color avellana, una de las más hermosas, pero su color contrasta con el de las demás. Voy a llamarla para que hablemos.
Se presento Sofía y, al verla, la viejita se dió cuenta inmediatamente que era la princesa perdida.
Explicó todo al hada Sofía y le preguntó:
¿Estás dispuesta avenirte conmigo para ocupar el lugar que te corresponde?
Pero Sofía cohonestó:
Quisiera hacerlo, pero aquí me han tratado como una verdadera princesa y las quiero muco.
Intervino la reina de las hadas y dijo:
Sofía, aquí te queremos y apreciamos mucho, pero no eres nuestra princesa, debe ir a ocupar tu lugar.
Está bien, majestad, iré a mi reino aunque estoy n poco triste.
Con estas palabras daba muestras de su humildad y buen corazón, al preferir ser n hada común a ser princesa.
En ese instante, la anciana se convirtió en el príncipe más deslumbrante nunca visto y explicó:
Soy hijo de la mujer que cambió l niñas, porque ella quería que me casara con un hada blanca. Pero prefreí encortar a la verdadera princesa para ofrecerle mi trono y mi corazón.
Sofía acepto casarse con el príncipe. Las princesas intercambiaron lugar y todos fueron felices.
Colorìn, colordo, ete cuento se ha acabado.
LA RATONA ENAMORADA
En tiempos remotos, en un lejanísimo país, cuando las hadas correteaban por los bosques, vivía una ratoncita muy bonita y muy coqueta.
Ella solo pensaba en su belleza y pasaba el día peinándose, perfumándose, maquillándose, sin hacer las labores de su casa ni nada.
Una tarde estaba sentada a la puerta de su cuevita, peinándose y mirándose al espejo, cuando pasó por el camino un bello príncipe.
La ratoncita inmediatamente se enamoró de él y, sin pensarlo mucho, decidió engañarlo para que se casara con ella.
Convenció a una brujita amiga suya para que hiciera creer al príncipe que ella era una preciosa princesita. La brujita la complació y el príncipe, al verla se enamoró de ella.
Planearon el matrimonio y ese día la ratona se puso un bello vestido de novia y fue a la iglesia a casarse. Invitó a unas amigas, entre ellas la brujita que la había ayudado.
Cuando llegaron y la bruja conoció al príncipe supo que era muy bello, pero muy malvado y quiso castigarlos a los dos: a él por malo y a ella por tonta.
Esperó que se casaran y entonces convirtió al príncipe malvado en un horrible ratón y así pagó por lo que había hecho y la coqueta y mentirosa ratona tuvo que vivir con un marido feo y malo para toda la vida-
LA VENTANA FLORECIDA
Era pleno invierno y todas las plantas estaban muertas por el frío. El paisaje era blanco y gris y todo estaba muy triste.
Un joven que caminaba hacia el pueblo vio una bella casita aislada de las demás, pero lo que llamaba la atención era una ventana, abierta de par e par y co una jaranera llena de flores de todos colores.
¡Eso es imposible en pleno invierno, se dijo. He de averiar que pasa!.
Tocó a la puerta y salió a abrirle una sonriente señora.
La señora lo invitó a pasar y lo llevó a una sala muy limpia y tibia.
Perdone la molestia, señora, dijo el muchacho, pero tengo mucha curiosidad por saber porque su casa está adornada de lindas flores cuando todas las demás están tristes y mustias.
Joven, eso no es un secreto para nadie. Yo vivía muy sola y triste y rogaba a la Virgen María que me enviara compañía.
Un día, a la orilla del camino encofré un niño que decia que había caído del cielo. Como estaba solo en el mudo, vino a hacerme compañía. Desde que llegó, en esta casa reina la alegría y la felicidad y esta felicidad es tan grande que aleja todo lo malo, inclusive el invierno. Aquí florecen las más bellas flores a la menor sonrisa dei niño.
El joven calló, pero supo en su interior que el muchacho no era un niño, sino un ángel consolador.
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EL CASTILLO ENCANTAO
Había una vez un castillo que encerraba a una princesa, era todo de piedra. Una bruja horrorosa había encerrado a la niña y embrujado encastillo, que todo el que entrara en él se convertía en ratón,
La bruja no quería que la niña se casara, porque cuando ella lo hiciera, del reino a botaba.
Un príncipe muy valiente se metió por la ventana, pero inmediatamente quedó convertido en rata.
Buscó a todos los roedores que había en el castillo. Eran muchos los que habían tratado de entrar a ver la princesita.
Formaron un gran ejercito y atacaron a la bruja, la mordieron portados lados hasta que huyó terrada.
Luego hicieron una cuerda con sus propios cuerpos, cada uno agarraba con la boca la cola del otro y así pudieron hacer que la niña se escapara del castillo.
Cuando todo salieron se terminó el hechizo, todos volvieron a ser gentes y el príncipe que era rata se casó con la procesa y nuca más vieron a la fea y malvada bruja
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LA RATONA ENAMORADA
En tiempos remotos, en un lejanísimo país, cuando las hadas correteaban por los bosques, vivía una ratoncita muy bonita y muy coqueta.
Ella solo pensaba en su belleza y pasaba el día peinándose, perfumándose, maquillándose, sin hacer las labores de su casa ni nada.
Una tarde estaba sentada a la puerta de su cuevita, peinándose y mirándose al espejo, cuando pasó por el camino un bello príncipe.
La ratoncita inmediatamente se enamoró de él y, sin pensarlo mucho, decidió engañarlo para que se casara con ella.
Convenció a una brujita amiga suya para que hiciera creer al príncipe que ella era una preciosa princesita. La brujita la complació y el príncipe, al verla se enamoró de ella.
Planearon el matrimonio y ese día la ratona se puso un bello vestido de novia y fue a la iglesia a casarse. Invitó a unas amigas, entre ellas la brujita que la había ayudado.
Cuando llegaron y la bruja conoció al príncipe supo que era muy bello, pero muy malvado y quiso castigarlos a los dos: a él por malo y a ella por tonta.
Esperó que se casaran y entonces convirtió al príncipe malvado en un horrible ratón y así pagó por lo que había hecho y la coqueta y mentirosa ratona tuvo que vivir con un marido feo y malo para toda la vida-
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SOLYLUNA
Del otro lado de la luna hay un bellísimo país, que es el país de las hadas. Allí viven felices jugando en esplendorosos jardines. También hay un hermoso castillo, donde vive la soberana de las hadas.
La reina tenía una hija bellísima, el hada Solyluna. Le habían puesto ese nombre porque su madrina había predicho que sería más bella que la luna y más radiante que el sol. Y la profecía se cumplió,
Todos eran felices hasta que un día un espantoso diablo, llamado Luciferino, se enamoró de Solyluna.
La princesita lo había rechazado, por supuesto y el diablo, en venganza metió dentro de un globo de cristal para que estuviese encerrada para siempre y no pudiera casarse con nadie más.
La reina de las hadas llevó el globo donde estaba su hija presa para el castillo, lo colocó en medio de la sala del trono y avisó a todos los jóvenes del reino que su hija Solyluna se casaría con aquel que lograse salvarla de su encierro.
Muchos fueron los elfos y duendes que intentaron todo para rescatar a la bellísima princesa, pero en vano.
Muchos recurrieron a los hechizos y sortilegios pero ninguno hizo que desapareciera el globo de cristal. Probaron sumergiendo el globo en agua y jabón para ver si conseguía que resbala la princesa que estaba dentro, todo inútil, la bella Solyluna casi se ahoga sin conseguir ningún resultado.
Una mañana apareció por el castillo un humilde muchacho que cuidaba las caballerizas y pidió ver a la reina.
-Majestad, creo que tengo la solución a su problema, pero quisiera pregustarle ¿Si libero a Solyluna me podré casar con ella?
-Claro que sí, dijo la reina, di mi palabra que se casaría con quien la liberase, joven o viejo, rico o pobre.
-Espere un momento, su majestad.
El muchacho salió y regresó con un enorme martillo. Con cuidado de no pegarle a la princesa asestó un gran golpe en el cristal que, por supuesto, se rompió en mil pedazos. A ninguno se le había ocurrido una solución tan simple para liberar a la princesa.
Pero la reina, una vez vio libre a u hija se negó a concederle su mano ya que, decía ella, èl no había trabajado mucho que se diga.
El joven se enfureció y quiso vengarse. Para lograrlo, invitó a un diablo amigo suyo. Se disfrazo de diablo y, una noche, se presento en el dormitorio de la rea y le dijo:
-Ahora que ha liberado a Solyluna, te llevaré ti al infierno.
La reina gritó pidiendo auxilio, pero el muchacho había cerrado muy bien la puerta y los guardias no pudieron entrar.
El diablo bueno, amigo del joven, encerró a la reina en un golbo de cristal irrompible para que no la pudieran sacar rompiéndolo.
El diablo buenoo dijo a la reina que no saldría de allí hasta que se hubiese celebrado el matrimonio entre Solyluna y su amigo.
Inmediatamente, el hada reina, dio su consentimiento y Solyluna,que se había enamorado del muchacho, se casaron.
Soltaron a la reina que se casó con el diablo benoi y todos fueron felices viviendo en el País de las Hadas.
Habiamos olvidado contar que al malvado Luciferino que embrujó a Solyluna, lo castigaron a vivir para siempre en el infiero y no poder salir jamás
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EL HADA LUNA
Era la más chiquita de las hadas. Su papá, su mamá, todos sus hermanos la mandaban siempre.
-Luna, ve a comprarme polvo de hadas- Decía la mamá-Olvidamos decir que el hadita se llamaba Luna-
-Luna, ayuda a tu hermana a fregar los platos –Decía su papá.
-Luna, ven a acostarte.
-Luna, límpiate las alas
-Luna, aprende los hechizos.
Y así todo el día, Luna para acá, Luna para allá.
-Ya estoy cansada de que me manden, me voy a ir a vivir con mi tocaya –Dijo Luna.
Se escapó de su casa para irse a vivir en la luna, pero estaba muy lejos y sus alitas eran muy débiles. Pidió ayuda a una golondrina, quien la llevó por el cielo, pero en la primera nube también se cansó y no pudo seguir.
Entonces quiso pedir a un gavilán que la llevara, pero la golondrina le dijo que el gavilán se la comería.
Por fin consiguió que un ángel la llevara, pero, cuando estuvo en la luna, se sintió muy sola y mirando hacia la tierra vio a su familia llorando desconsolada porque se había ido.
Entonces, se puso a llorar ella también y cada lágrima se convertía en una nueva estrella hasta que hubo tantas que las reunió y pudo formar una escalera para bajar de nuevo a la tierra,
Cuando llegó, su mamá la abrazó, loca de contento. Sus hermanos bailaron a su alrededor y su padre botó una que otra lagrimita.
Sin embargo, la mamá le dijo muy seria:
-Si te vuelves a escapar, Luna traviesa, te castigaré de por vida en tu cuarto. Ahora, ve a bañarte, que estás toda llena de polvo de estrellas.
El hadita Luna obedeció sin replicar. Había aprendido la lección.: Es mejor recibir regaños de la familia que nos quiere a vivir sola y abandonada.
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LA DIABLA Y LA MCHACHA
Había una vez una diabla que se comía a los hombres asados o hervidos en una gran olla,
Salía ya anochecido y agarraba al primero que veía y se lo merendaba sabrosamente
Satanás le dijo:
Te felicito por comerte a los hombres, pero no te metas con las mujeres porque a ellas pienso comérmelas yo.
En el pueblo el río había crecido e inundado varis casas, entre ellas, la de una bella y buena muchacha.
Con gran contrariedad vio que toda su ropa, incluso la que llevaba puesta, se había mojado y no tenía que ponerse.
Subió al segundo piso y entro al cuarto de su hermano y se puso unos pantalones y una camisa, se ató el pelo en una cola lo ocultó con una gorra de él.
Así ataviada, salió a buscar a su hermano para informarle del incidente.
En el camino que estaba solitario la vio la diabla y pensé que era un muchacho y se dijo a si misma:
¡Ya tengo cena!
Y agarró a la muchacha, que trató de defenderse. En el forcejo se le cayó la gorra y se vio que era mujer.
Entonces apareció el diablo, enfurecido con la vampiresa, gritando:
¿No te dije que no te metieras con las mujeres, que esas eran para mí?
Y los dos comenzaron a pelear; la diabla lo arañaba y él la empujaba con fuerza,
La mucha aprovechó y se arrodillo a gritar:
Tres Divinas personas, virgen María, ángeles del cielo, Corte Celestial, vengan a ayudarme a librarme de estos feos demonios.
Y fue oída en la Corte Celestial y el ángel Gabriel empuñó su espada de fuego y fue a salvar a la muchacha,
Cuando los diablos lo vieron salieron corriendo asustados hasta lo más profundo de los infiernos. Y no volvieron a aparecer por ese pueblo.
Colorin, colorado, ete cuento se ha acabado
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LA BRUJA DEL ESPEJO
Había una vez una bruja que a veces se había visto en la laguna y se daba cuenta que era muy fea, tan fea que todos los animalitos, al verla, salían disparados para otra parte.
Además era una bruja buena, no hacia mal a nadie, y no tenía la culpa de ser fea.
Invocó a la bruja mayor y, cuando esta acudió, le dijo llorando que estaba cansada de ser fea y que nadie la quisiera.
La bruja mayor que también era buena, a su manera, le dijo:
La cara es el reflejo del alma, si eres buena y haces buenas obras, eso te hará muy bella.
Y la bruja comenzó por buscar a los niños y regalarles caramelos, helados y otras golosinas y,, poco a poco fue ganándose su cariño.
Un día había un grupo de niños que contemplaban a unos trabajadores que hacían un hueco muy grande. De pronto, una niñita muy chiquita cayó en el pozo y no se mató, porque la sostuvieron las raíces de un árbol.
Nuestra amiga no dudó un segundo, como pudo agarrándose a las paredes y de las piedras que sobresalían hasta llegar donde estaba la niña. La cargó y haciendo un gran esfuerzo logró subirla sana y salva.
Todos rompieron e aplausos, y más la madre de la criatura, que se acercó a la bruja y l besó, dándoles gracias por salvar a su hijita:
Muchas gracias y además de colmarla de bendiciones, solo quiero que cuando mi hija sea grande sea tan buena y bella como usted.
La bruja se quedó pasmada, era la primera vez que alguien se refería a ella de ese modo.
Llegó a la plaza del pueblo y todos la miraban, sonreían y la sudaban.
Al pasar por delante de una tienda que exhibía un gran espejo, se vio de cuerpo entero y se dio cuenta que era la bruja más hermosa del mundo.
Su amabilidad y bondad se reflejaron en su bella cara.
Colorin, colorado
Este cuento ha terminado
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se pueden saber los autores de los cuentos porfa?
ResponderEliminarHola, quienes son los autores de los cuentos?
ResponderEliminarHola quiero saber los autores de los cuentos
ResponderEliminarMenudo timo vaya ruina de cuento mas faltas de ortografía imposible le doy un - 200%
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