BIENVENIDOS A LA NUEVA SECCIÒN DEL BLOG “CUENTOS DE LA TÌA DAGMARINA”
COMO SABEMOS QUE LA RISA ES EL REMEDIO DE TODOS LOS MALES, RECOPILAMOS CHISTES QUE NO POR VIEJOS DEJAN DE SER GRACIOSOS.
¡QUE SE DIVIERTAN!
LA DEUDA
Se realizaría un evento excepcional. Todos querían verlo. Los que no podían asistir personalmente, se preparaban para verlo por televisión.
Una de las inquilinas, una preciosa muchacha, llegó a su casa a ver el programa.
Se preparó unos sándwich y refrescos, se puso un pijama muy ligero y transparente y se sentó ante el televisor.
Cuando trató de encenderlo, se dio cuenta que el aparato no funcionaba y muy frustrada, bajo donde el conserje del edificio.
Este era un señor muy aciano, muy servicial que se apresuró a acompañarla a su departamento para ver si pedía ayudarla.
Cuando revisó el aparato, se dio cuenta que solo tenia un cable suelto. Reparó el daño en unos minutos y la muchacha, muy emocionada, le dio un beso en la mejilla, diciendo:
-Muchísimas gracias,, la verdad, no tengo con que pagarle.
El anciano la miró tristemente de arriba abajo, vestida con el vaporoso pijama y contestó:
-No, usted si tiene con que pagarme, pero yo no tengo con que cobrarle.
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EL TRATAMIENTO
Las diferencias entre hombre y mujer son muy notorias, gracias a Dios. !Viva la diferencia! como dicen los franceses.
Pero las diferencias van más allá de las puramente físicas, hay sicológicas, morales y hasta en el modo de ver las cosas y expresarse.
Gregorio y María se acaban de casar, en plena luna de miel todo se ve color de rosa. Sin embargo, desde la noche de bodas suele haber divergencias. Oigamos un diálogo entre Gregorio y José, grandes amigos desde la infancia.
-José, mi pana del alma, estoy completamente feliz de haberme casado, María es maravillosa.
-Bueno ¿y que tal las relaciones íntimas?
-Hasta en eso es excelente. Cada vez que hace el amor, casi se desmaya de éxtasis, la verdad, mi amigo, cásate y conocerás el cielo aquí en la tierra. Pienso someterla a un tratamiento de amor intensivo.
- Bueno, te felicito amigo Gregorio, ojalá seas así de feliz para siempre, desea su amigo.
Ahora oigamos el diálogo de María con Adela.
-Bueno, María ¿Cómo te sientes en tu luna de miel? Pregunta Adela.
-Bueno consí consá, por decirte algo, contesta María.
-Hay mija, Te veo poco entusiasma. ¿Seguro que todo está bien? Pregunta curiosa, Adela.
-Tú eres mi amiga de toda la vida y te lo puedo contar: Gregorio no es tan bueno en la cama como yo creía. Responde María.
-¿Y cómo es eso? Vuelve a preguntar la amiga.
-Hasta ahora no ha habido problemas porque utilizo relaciones públicas.
-¿Cómo dices?
- Cuando hacemos el amor, nos complementamos en el tratamiento.
-¿Qué tratamiento es ese? Vuelve a preguntar Adela.
-Como te dije, nos complementamos, el trata y yo miento.
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PITAFIO
Generalmente, cuando una persona muere, se convierte automáticamente en buen cristiano, buen padre de familia, hijo ejemplar y paradigma de ciudadano, aunque haya sido un pedòfilo convicto y confeso.
Cantar loas al difunto es muy popular, sobre todo entre las viudas, que así todo el mundo sepa que eran borrachos empedernidos, que les montaban cachos con media humanidad, las maltrataban de palabra y obra y no les daban dinero ni para comprar papel sanitario, se arrojan llorando desesperadas sobre la urna pidiendo a gritos al difunto que no las deje y que las lleve consigo.
Una amiga nuestra, mujer honesta y sincera a carta cabal, se le murió el marido, que dicho sea de paso, no había sido un dechado de virtudes precisamente, en un accidente de tránsito.
Con gran dignidad y sin aspavientos hizo los preparativos, asistió al velorio, presidió el duelo, enterró su muerto y se regresó a su casa.
Fue duramente criticada y hasta calumniada por sus “amigas” y de más “muerteros” de profesiòn, de esos de nacen como la verdolaga, no se sabe de donde, en cuanto velorio ven.
Pero la parte más criticada por los hipócritas fue la lápida que mandó a poner la dolida esposa:
“FULANO FERENCEJES
AQUÌ YACE
Y HACE BIEN,
EL DESCANSA
Y YO TABIÈN”
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EL FLATO
Se ofrecía un banquete en la embajada de cierto país, para celebra un acuerdo entre amas naciones.
Por supuesto, al cual estaban invitadas las alta personalidades del mundo político, intelectual y financiero.
A la hija de cierto embajador, exquisitamente vestida, le tocó en suerte sentarse al lado de cierto caballero, conocido por su lenguaje, digamos, muy coloquial.
La muchacha, de pronto, se levantó de la mesa y, pidiendo permiso, salió del salón y regresó en unos momentos.
Estos sucedió varias veces, se disculpaba, salía y regresaba en unos momentos.
Después de uno de estos viajes, el caballero le preguntó a la señorita, con mucha urbanidad:
-Despene usted, señorita ¿Me pora hace un favor
Encantada, señor, ¿Qué se le ofrece?
-Que mejor se tira el peo aquí y se va con el olorcito para allá.
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EL FLATO
Se ofrecía un banquete en la embajada de cierto país, para celebra un acuerdo entre amas naciones.
Por supuesto, al cual estaban invitadas las alta personalidades del mundo político, intelectual y financiero.
A la hija de cierto embajador, exquisitamente vestida, le tocó en suerte sentarse al lado de cierto caballero, conocido por su lenguaje, digamos, muy coloquial.
La muchacha, de pronto, se levantó de la mesa y, pidiendo permiso, salió del salón y regresó en unos momentos.
Estos sucedió varias veces, se disculpaba, salía y regresaba en unos momentos.
Después de uno de estos viajes, el caballero le preguntó a la señorita, con mucha urbanidad:
-Despene usted, señorita ¿Me pora hace un favor
Encantada, señor, ¿Qué se le ofrece?
-Que mejor se tira el peo aquí y se va con el olorcito para allá.
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