sábado, 31 de diciembre de 2011

LA SAL DE LA VIDA

PARA NUESTRO AIGO, SIMEONTOLOMEO, LA  RISA ES LA SALDE LA VIDA Y EL REMEDIO DE TODOS LOS MALES. HA DEDICADO MUCHOTIEMPO Y ESFUERZO A RECOPILAR CISTES, ALGUNOS MUY VIEJOS, PERO QE TODAVÌA HACEN SONREIR.

A COTINUACION TE`DAMOS UNA MUESTRA,  DEJANOS TU COMENTARIO Y, SI  LO DESEAS, DEJA NOS UNO DE TU PROPIA COSECHA Y SERA PUBLICADO, CONTU TU  NOMBRE EN ESTE SITIO.

EL ARBOL MILNARIO

Un nuevo rico paseaba muy contento por el interior del país. Llegó a una exuberante finca donde crecía un inmenso  árbol.
Nuestro amigo se enamoró del árbol, quiso conocer al dueño y entabló negociaciones para adquirir la parcela.
Aunque le pidieron una suma millonaria, varias veces superior al precio real, como nuevo rico al fin, “pelo” por l a chequera y compró el terreno.
Pasaba todos los días a admirar su árbol.
Contrató botánicos par cuidarlo y charló con todos los vecinos porque su obsesión era descubrir la edad del majestuoso árbol.
Dijo a todos los trabajadores de la finca que estaba dispuesto a dar una buena recompensa a quien le pudiera proporcionar alguna luz sobre el caso.
Un día, estaba nuestro amigo en s casa almorzando, cuando entró un muchacho, nuevo empleado de la finca y le dijo:
-Señor ya descubrí la edad del árbol. Tiene 2.900 años, ya estaba viejo cando Jesucristo predicaba.
-¡Qué alegría! Te hiciste merecedor de la recompensa. Estimo mucho tu labor ya que compré estos terrenos única y exclusivamente por ese hermosísimo árbol.
-Bueno señor, fue muy fácil, solo tuve que cortar el tronco y contar cada uno de sus anillos.


LOS HELADEROS

En esta época y en este país, hay que hacer de todo para medio sobrevivir.
Un ingeniero, graduado summa cm laudem en una de nuestras mejores universidades, no conseguía trabajo en ninguna parte.
Todos alababan su excelente preparación académica pero aducían su falta de experiencia para efectuar  un trabajo en sus compañías.
En fin, nuestro amigo terminó vendiendo helados por las calles.
A pesar de todo, se había casado con una espléndida muchacha y, a su manera, eran felices.
Pero un día, el heladero amaneció con un extraño dolor en todo el cuerpo. La cabeza parecía que iba a estallarle y sentía vértigos y vómitos.
-Mi amor, creo que no podré salir hoy con el carrito. Me siento muy mal. Dijo a su costilla.
-Pero, chico, no tenemos ni medio y hay que pagar la luz ¿Qué vamos a hacer?
-No sé mi negra, pero es imposible que salga a trabajar.
-Tengo una idea, hoy salgo yo a vender los helados.
-Pero, mi amor, eso es hasta peligroso. ¿Cómo vas a ir sola con ese carrito tan pesado y por esos barios tan peligrosos?
-No te preocupes, yo sé cuidarme. Verás como todo va bien.
A pesar de sus temores y en vista del apuro en que estaban, el esposo permitió a su cara mitad que saliera con el carrito.
Pasaron lentamente las horas y el marido
no pedía más con la preocupación, A lo largo del día se había sentido mejor y se arrepentía de haber puesto a su adorada mujercita en ese trabajo.
Ya así entrada la noche llegó la mujer, muy contenta. Guardó el carrito y exclamó, gozosa:
-Mira, mi amor, vendí dos millones completitos.
-¿Cómo, mi amor? ¿Dos millones de bolívares solo de helado?
-Bueno, no solo de lado, también de boca, de espaldas, agachada,  parada, como saliera…





CUIDADO LA MATA


La vida moderna nos somete a presiones terribles. Nos tenemos que cuidar de hampones, policías o cualquier individuo de la calle.
La solidaridad es rara y cuando vemos,  algo ilegal, no nos atrevemos a ayudar, por miedo a que tenga consecuencias, Sin embargo, aún existen Quijotes que se apresuran a denunciar el mal apenas saben de él.
Francisco era un ciudadano ejemplar: buen padre, esposa e hijo, se preciaba de no tolerar el mal en ningún sitio ni circunstancia
Un día iba nuestro amigo por una calle que bordeaba un gran pared correspondiente a un patio de una residencia privada.
Escuchó gritos detrás de la pared y varios ruidos extraños.
-¡La mata! ¡la mata! Gritaba una voz femenina con desesperación.
Inmediatamente, Francisco corrió a buscar un policía. Corrió varias cuadras hasta que encontró uno. Le explicó la situación, pero el policía no quiso creerle. Rogó y suplicó hasta que el agente cedió a acompañarlo, de mala gana.
-Si esto es una broma, le costará caro, ciudadano. No puede  burlarse un agente de orden pública.
Por fin llegaron a la pared detrás de la cual oyó los gritos. Todavía podía oírse el extraño ruido como de rasgar algo que Francisco había escuchado.
Llamaron a la puerta de la casa y salió a abrirle una simpática viejecita.
-Disculpe usted señora. Dijo el policía. Quisiera revisar el patio de su casa.
-Pero, ¿Para qué? Dijo la señora extrañada.
-Se ha recibido una denuncia diciendo que estaba a punto de ocurrir el asesinato de una mujer.
-Pero es una locura. Aquí no estamos más que mis hijos y  yo ¿Quién va a querer matar a nadie en mi patio?
En eso volvieron a oírse los gritos desesperados:
-¡La mata, la mata
-Escuché gritos dijo el policía. Tengo que entrar a revidar.
Y el agente del orden entró en la casa, sin que la señora pudiera impedírmelo.
Cuando se acercaba a la puerta del patio, salió a su encuentro un hombre sin camisa, que tenía un gran machete en la mano. Inmediatamente  el policía sacó su arma y le apunto al individuo diento:
-Manos arriba, dese preso por asesino.
Dio un empujón al hombre y de un salto entró al patio.
Vio que estaba una muchacha llorando desconsolada y el agente se acercó solícito a ella.

-¿Dónde está la víctima?
-¿Qué victima señor? Preguntó la joven
-A la que quería matar el asesino. Yo mismo oí los gritos de !La mata, la mata,!
-Ah bueno, contestó la mujer. Se cometió una barbaridad, pero no podría llamarle asesinato. Es que este descuidado, mientras quitaba el monte, me destrozó a machetazos mi linda mata de geranios. Por más que yo le debía ¡cuidado con la mata!
Efectivamente, pudieron ver una cantidad de paja cortada y amontonada y una nata de geranios, bellísimo, pero destrozada por un machete.
El agente tenía ganas de arrestar a Francisco por falsa denuncia, pero comprendió que también tendría que ir preso él, por creer todo lo que escuchaba





LA VERDADERA CAIDDA DEL HOMO SAPIEN

Las diferencias entre hombre y mujer son muy notorias, gracias a Dios. !Viva la diferencia! como dicen los franceses.
Pero las diferencias van más allá de las puramente físicas, hay sicológicas,  morales y hasta en el modo de ver las cosas y expresarse.
Gregorio y María se acaban de casar, en plena luna de miel todo se ve color de rosa. Sin embargo, desde la noche de bodas suele haber divergencias. Oigamos un diálogo entre Gregorio y José, grandes amigos desde la infancia.
-José, mi pana del alma, estoy completamente feliz de haberme casado, María es maravillosa.
-Bueno ¿y que tal las relaciones íntimas?
-Hasta en eso es excelente. Cada vez que hace el amor, casi se desmaya de éxtasis, la verdad, mi amigo, cásate y conocerás el cielo aquí en la tierra. Pienso someterla a un tratamiento de amor intensivo.
- Bueno, te felicito amigo Gregorio, ojalá seas así de feliz para siempre, desea su amigo.
Ahora oigamos el diálogo de María con Adela.
-Bueno, María ¿Cómo te sientes en tu luna de miel? Pregunta Adela.
-Bueno consí consá, por decirte algo, contesta María.
-Hay mija, Te veo  poco entusiasma. ¿Seguro que todo está bien? Pregunta curiosa, Adela.
-Tú eres mi amiga de toda la vida y te lo puedo contar: Gregorio no es tan bueno en la cama como yo creía. Responde María.
-¿Y cómo es eso? Vuelve a preguntar la amiga.
-Hasta ahora no ha habido problemas porque utilizo  relaciones públicas.
-¿Cómo dices?
- Cuando hacemos el amor, nos complementamos en el tratamiento.
-¿Qué tratamiento es ese? Vuelve a preguntar Adela.
-Como te dije, nos complementamos, el trata y yo miento.











CUENTO DE AMOR

ESTE RELATO  NO ES DE TERROR, SINNO DE AMOR, DEMOSTRADO DE UNA MANERA EXTREMA. ES AUTÈNTICO Y LE SICEDIÒ A NUESTRO PADRE, EN LOS LLANOS DE vENEZUELA, DE DONDE ES ORIUNDO.



PRIMERA Y ÙLTIMA
(historia verdadera)

Esta no es una historia de terror, no participan fantasmas ni aparecido, pero produce temor y merece ser contada.
Más lejos que más nunca, en el Cajón del Arauca vivía un muchacho, que soñaba en ser cazador como su padre.
Un día el padre consideró que tenía edad suficiente para salir a cazar y le regaló una carabina.
Le enseñó como cargarla de modo seguro, como apuntar y disparar.
El muchacho sintió muy orgulloso cuando, salió, con su carabina al hombro, de cacería por primera vez.
Como todo muchacho llanero, sabía donde se juntaban más animales y hacía allí se dirigió.
Llegó a un pequeño bosquecillo, llamado “mata” por los llaneros, donde había árboles bastante altos, raros en la sabana.
Él había practicado con su  padre y estaba seguro de su puntería.
Avisto  entr las ramas a una mona que cargaba su cría. El joven pensó en herirla solamente, para quitarle la cría.
Apuntó con cuidado y el animal cayó pesadamente al suelo, seguro mal herida.
El muchacho se acercó, con el objeto de arrebate  su cría la moribunda  bestia.
Cuando estaba a solo unos pasos, la mona pudo ponerse de rodillas. Miró al joven con mirada casi humana  y apretó contra su pecho al monito, como para protegerlo.
El muchacho insistió en tratar de quitarle al hijo, y se acercó más  al animal.
Vio lágrimas en los ojos de la mona y algo en su mirada le recordó a su propia madre, cuando él se cayó de la mata de mango y creían que moriría.
La mona tomó al hijo con un sola mano y mirado fijamente a su asesino, lo apretó y lo ahogó.
Luego, entregó el  monito muerto al muchacho, y murió también ella.
La lección que recibió el joven fue terrible, la madre había preferido matar al crío antes de entregarlo para una esclavitud segura.
El muchacho, descargo su carabina, se la echó al hombro y se alejó murmurando:
-Perdóname, virgencita por el crimen que acabo de cometer. Prometo solemnemente, por la vida de mi  madre, que es la primera y últimas ves que salgo de cacería.








MAS DE TERROR

EL SIGUIENTE RELATO FUE ESCRITO POR CESARINO EN UNA NOCHE OSCURA Y TÈTRICA.. A ESE  SEÑOR LE ENCANTA SUFRIR DE MIEDO, PERO, COMO ÈL DCE: "NO CREO EN BRUJAS, PERO DE QUE VUELAN, VUELAN"

CON TODO CARIÑO FUE DEDICADO A DAGMARINA, QUIEN MUCHO LO AGRADECE, PORQUE NECESITA URGENTEMENTE  UN GRAN TESORO PARA SOBREVIVIR EN ESTOS TIEMPOS.

EL TESORO

La familia Pérez es de origen llanero. Sus ancestros Vivieron a orillas del Apure y las nuevas generaciones se habían mudado a las ciudades en busca de nuevas oportunidades.
Sin embargo, siempre habían permanecido fieles a su terruño y anualmente visitaban a unos tíos ancianos que se  mantenían en su pueblo, cultivando su humilde comuco.
Las chozas venezolanas de los llanos son fabricadas de bahareque, que es una mezcla de barro y hierbas y techadas con paja. Por lo tanto, son altamente inflamables, máxime si se cocina con leña, por eso se acostumbra fabricar la cocina alejada de las demàs habitaciones y ésta es bastante espaciosa.
Los hijos de la familia dormían en chinchorros colgados en el corredor techado que rodeaba la casa principal, sumamente fresco y abierto a la sabana, pero el padre, siempre colgaba su chinchorro dentro de la amplia cocina.
Un año,, por casualidad, la familia fue de vivita a principios de noviembre, coincidiendo con el día de todos los muertos.
En las regiones rurales  de nuestro país, ese día se celebra en serio, la devoción de nuestro pueblo se desborda en múltiples tradiciones para honrar a los difuntos.
Los Pérez concurrieron a la iglesia con los demás, pero no participaron de los demás rezos. Cuando terminaron, colgaron sus chinchorros en los sitios acostumbrados, pero el señor Pérez no pudo pegar el ojo.



Recostado en su chinchorro vio, en la pared que le quedaba enfrente uma luz que se movía extrañamente y al aparecer, comenzaban a aullar los perros de manera estremecedora.
Al día siguiente  comentó a su familia lo sucedido e, inmediatamente, la señora se santiguó en nombre de las Tres Divinas Personas y aconsejó que no se durmiera más en la cocina.
-Seguramente es un alma en pena que te salió por no haber participado en los ritos a los difuntos.
-No seas boba, mujer, dijo su marido, eso debe ser que hay n entierro allí y Pedro -que así se llamaba el señor Pérez- es el escogido para encontrarlo.
Llevaron la conversión a los vecinos y cada uno dio su opinión. La mayoría coincidía en que era un entierro y Pedro debía buscarlo.
Lo mismo sucedió durante varias noches, y Pedro se decidió a excavar, aunque sin mucha fe y solo  para complacer a su parentela.
Derribo la pared de la cocina donde aparecía la luz y comenzó a excavar en el sitio exacto donde la viera.
Trabajaba de día y de noche colgaba la hamaca bajo el cielo, entre dos árboles y seguía viendo la luz danzante.
Son fuegos fatuos, le decía su razón citadina, pero por si acaso, se acostumbró a persignarse y rezar un Padre  Nuestro, por si acaso.
Los perros del vecindario parecían ponerse de acuerdo para aullar y gemir lastimeramente, hasta el punto que nadie podía dormir.
Una noche de plenilunio, mientras la luna y los millones de estrellas visibles en el limpio cielo del llano, iluminaban casi como si fuera de día, Pedro decidió cavar de noche y aprovechar el frescor.
Al día siguiente todos se levantaron y cuando saboreaban el café cerrero de la mañana, no vieron a Pedro por ninguna parte y la señora, tomando un gran pocillo de café, fue a llevárselo hasta la semi derruida cocina.
Un grito de horror estremeció a todos, que se abalanzaron  hasta la cocina y vieron a la señora, pálida como la muerte ante un gran hueco cavado en el suelo.
Dentro del hueco encontraron el cadáver de Pedro, borrosamente mutilado y con un rictus de horror en el semblante.
Estaba tendido sobre un gran cofre a medio desenterrar.
Los difuntos habían entregado su tesoro, pero habían cobrado venganza en el profanador.


F I N

OTRO CUENTO DE TERROR

CARLOTA

Carlota huía por un callejón oscuro. Huía enloquecida, acababa de apuñalar a su amante que quedó muy quieto, en el suelo, con el arma clavada en un costado.
Carlota no sabía adonde iba ni de quien huía. No sabía si del muerto, de la policía  o de si misma.
Siguió corriendo despavorida, tropezó con un bote de basura, se levantó como pudo.
Oyó sirenas de la policía y hasta ladridos de perros ¿ya encontrarían el  cuerpo? Imposible, era demasiado pronto, le decía su sentido común.
Vio ojos siniestros que la observaban en todos los portales. Son gatos callejeros, le decía su razón. De pronto, vio policías que, dirigidos por su amante apuñadado le perseguían corriendo. Desesperada penetró por un portón entreabierto. Allí esperó y no oyó nada.  Un poco aliviada salió del portal, esperando haber eludido la amenaza. Empezó a caminar más despacio, porque no tenía aliento para correr, jadeaba por el esfuerzo.
Quedó paralizada de horror al ver un gigantesco perro negro que le enseñaba los dientes.
Se quedó muy quieta, pero el perro la atacó, tomándola de la cintura y zarandeándola como una muñeca de trapo. Cerró los ojos, esperando la muerte.
El zarandeó aumentó de intensidad y escuchó:
¡Carlota, Carlota!
Abrió los ojos y se vio en su habitación. A su lado estaba su amante, quien la zarandeaba por un hombro.
Aterrada y bañada en sudor frío, se dio cuenta que todo era una pesadilla.
Allí estaba el hombre que amaba. Todavía temblorosa, le contó su horrible sueño.
-Carlota, dijo el hombre bromeado, los sueños son un reflejo de nuestros deseos interiores. A lo mejor quieres apuñalarme de verdad.
Ella rió de la broma y él salió a buscarle una bebida y un calmante.
Una vez ella hubo tomado la bebida, el le dijo:
-Cuando quieras asesinar a alguien no lo apuñales, es algo sucio y feo. Además es evidente que fue un homicidio, mejor haz como yo, utiliza un veneno, es más limpio.
Sonriendo malignamente, le enseñó el frasco de cianuro que acababa de verter en su bebida.



CUENTOS DE TERROR

LA TIA DAGMARINA, AYUDADA POR SUSAMIGOS s SIMEON TOLOMEO  Y CESARINO, TAMBIEN ESCRIBE RELATOS PARA PERSONAS ADULTAS, ENTRE ELLOS DE TERRROR.

A CONTINUACION TE ENVIAMOS UNO QUE ESPERAMOS TE AUSUTE.
CCARLOTA

Carlota huía por un callejón oscuro. Huía enloquecida, acababa de apuñalar a su amante que quedó muy quieto, en el suelo, con el arma clavada en un costado.
Carlota no sabía adonde iba ni de quien huía. No sabía si del muerto, de la policía  o de si misma.
Siguió corriendo despavorida, tropezó con un bote de basura, se levantó como pudo.
Oyó sirenas de la policía y hasta ladridos de perros ¿ya encontrarían el  cuerpo? Imposible, era demasiado pronto, le decía su sentido común.
Vio ojos siniestros que la observaban en todos los portales. Son gatos callejeros, le decía su razón. De pronto, vio policías que, dirigidos por su amante apuñadado le perseguían corriendo. Desesperada penetró por un portón entreabierto. Allí esperó y no oyó nada.  Un poco aliviada salió del portal, esperando haber eludido la amenaza. Empezó a caminar más despacio, porque no tenía aliento para correr, jadeaba por el esfuerzo.
Quedó paralizada de horror al ver un gigantesco perro negro que le enseñaba los dientes.
Se quedó muy quieta, pero el perro la atacó, tomándola de la cintura y zarandeándola como una muñeca de trapo. Cerró los ojos, esperando la muerte.
El zarandeó aumentó de intensidad y escuchó:
¡Carlota, Carlota!
Abrió los ojos y se vio en su habitación. A su lado estaba su amante, quien la zarandeaba por un hombro.
Aterrada y bañada en sudor frío, se dio cuenta que todo era una pesadilla.
Allí estaba el hombre que amaba. Todavía temblorosa, le contó su horrible sueño.
-Carlota, dijo el hombre bromeado, los sueños son un reflejo de nuestros deseos interiores. A lo mejor quieres apuñalarme de verdad.
Ella rió de la broma y él salió a buscarle una bebida y un calmante.
Una vez ella hubo tomado la bebida, el le dijo:
-Cuando quieras asesinar a alguien no lo apuñales, es algo sucio y feo. Además es evidente que fue un homicidio, mejor haz como yo, utiliza un veneno, es más limpio.
Sonriendo malignamente, le enseñó el frasco de cianuro que acababa de verter en su bebida.



CUENTO DE NAVIDAD


EL GALLO DE MEDIANOCHE

Cuenta la historia que José y María no encontraron posada en Belén. Para que naciera el Niño Dios tuvieron que refugiarse en un pesebre, donde solo estaban una mula y un buey. Pero no cuenta que también estaba un joven gallito que no sabía cantar y por eso no lo querían en su corral.
Cuando José y María llegaron, no tenían ni siquiera con que abrigarse y hacía mucho frío. La joven Virgen María, cansada del viaje, con hambre, frío y a punto de dar a luz, se recostó sobre la paja y el buey y la muja la rodearon para darle algo de calor mientras José velaba.
El gallito se colocó sobre los pies de la Virgen para calentarlos y así, esperaron.
Todo era frío y oscuridad y llegó un momento en que todos se durmieron, menos el gallito, que siguió despierto.
Durante muchas hors veló el sueño de la virgen. De pronto, noto cierta claridad en el cielo y se dijo:
-¡Qué extraño! Es muy temprano para que amanezca.
Siguió observando la claridad y se do cuenta que eran luces que parecían danzar por el cielo y que se acercaban.
Asombrado, notó que eran seres maravillosos, que parecían hechos de luz y con grandes alas en sus espadas. Uno de ellos, el más pequeño, pero el más brillante y hermoso, era un angelito negro que se sentó justo encima de la puerta del pesebre, sus ojos negros despedían un intenso fulgor y agitaba levemente sus alas multicolores. El gallito salió para verlo mejor y vio una fulgurante estrella que acababa de aparecer en el oscuro cielo nocturno.
El  gallito comprendió: iba a nacer el Niño, el Salvador del mundo. Sintió que su garganta se abría y él, que había sido expulsado por no saber cantar, abrió sus alas,  las batió alegremente y lanzó un sonoro:
-¡KI, KI, RI, KI, NACIÓ EL REDENOR, NACIÓ EL NIÑODIOS!
¡KI, KI, RI, KI,
Así, el humilde gallito mudo, tobo el honor de anunciar al mundo entero, junto con la estrella y los ángeles que había nacido el Señor, el Hijo de Dios, el Rey de Reyes.
Por eso, toda la cristiandad llama a la misa que se celebra el 24 de diciembre a la media noche, para conmemorar el nacimiento de Jesús la Misa de Gallo.



viernes, 30 de diciembre de 2011

AMOR DE MARINERO

AMOR DE MARIERO

Un viejo marinero contemplaba el mar. En su juventud fue pirata, luego, marinero de agua dulce, pero su vida siempre  había estado ligada al mar. Le gustaba recordar aquello de que“en cada puerto un amor” y sus aventuras de juventud.
Era un hombre solitario y su vida transcurría entre su casa  y esta banca frente al mar.
Una noche, mientras fumaba su acostumbrada pipa antes de acostarse, creyó ver, entre el cabrillear de las estrellas sobre el mar, la imagen algo borrosa de una mujer.
El estaba seguro de que su vista de marino no fallaba, en el mar estaba una mujer. Había visto muy bien su figura etérea destacándose sobre el azul oscuro del mar nocturno.
Todas las noches esperaba el  amanecer en su banco frente al mar. Contemplaba los movimientos de la mujer que parecía danzar sobre las olas. Llegó a obsesionarse.
Una noche no logró ver a la mujer amada pues la noche estaba oscura como boca de lobo, lo mismo pasó noche tras noche durante un tiempo. Creyó morir de dolor.
Siguió firme en su banco noche tras noche, lo sostenía la esperanza. Hasta que, por fin, la luna volvió a brillar y ¡Allí estaba por fin! La silueta de la mujer.
Amada, sí, amada, tuvo que reconocerlo. En su vida de aventuras había tenido muchos amoríos, pero ninguno como este, lo reconoció, era el verdadero amor.
La veía danzar sobre las olas con un traje que parecía hecho de jirones de nubes.
¿Sería una sirena?
No, el juraba haber visto sus pies, cuando danzaban sobre la espuma del mar.
Sería una ondina o un hada. No le importaba, estaba seguro de que la amaba.
Una noche especialmente radiante, creyó  ver que la mujer tendía sus  brazos hacia él y no pudo resistirse. Lentamente caminó hacia el mar, hacia la luz que parecía llamarlo.
Se adentró en el agua hasta que no pudo caminar más. Entonces, comenzó a nadar cada vez más lejos, acercándose a su amor
Pronto el cansancio lo venció y no pudo avanzar más.  Mientras se hundía inexorablemente, se dio cuenta de que su amor sólo era un rayo de  la luna, que rielaba sobre el mar..




CANDELARIA


C A N D E L A R I A

E
n un precioso jardín, rebosante de flores y aromas vivía una mariposa muy pequeñita, de brillante color azul. La mariposa soñaba con volar muy lejos, pensando que otras tierras serían mejores que su jardín.
Las otras mariposas, las abejas, las avispas, todos intentaron disuadirla pero ella seguía terca en su idea.
Un día, después de una llovizna, salió de la campanilla azul donde se había guarecid, sintió sus alas más fuertes y decidió emprender la aventura.
-Soy la más hermosa y grande de las mariposas –se dijo- Volaré  lejos, más allá del bosque, hasta la morada de los humanos.
Y dicho y hecho, remontó vuelo sin hacer caso de las arañas y las moscas, que trataban de disuadirla. Voló más allá del jardín, más allá del bosque, hasta alcanzar una llanura.
Ahí vio un extraño edificio que relucía al sol de la tarde. Dio varias vueltas hasta encontrar una hendidura por donde pudo entrar.
Vio cosas muy extrañas: personas atareadas, muchas con un tubo blanco en la boca por el que salía humo, personas escribiendo, Todas parecían muy cansadas. Pero lo que la asustó de verdad fue ver cadáveres de flores en jarrones y otras que, a diferencia de las de su jardín, no tenían ningún aroma.
Quiso regresar al jardín pero, por más vueltas que dio no encontró como salir.
Veía perfectamente el cielo azul y los espacios  abiertos, pero tropezaba con una cosa fría e invisible que le impedía el paso.
De pronto sintió un dolor terrible, la habían atrapado y traspasado con un alfiler.
Mientras moría, la pobre mariposa pensó en su bello jardín y se arrepentía de haberlo abandonado.
Demasiado tarde comprendió que lo mejor es lo que ya se tiene, conformarse con ello y disfrutarlo, ya que solo así se es feliz.



NARUOISA AZUL


 LA MARIPOSA AZUL


E
n un precioso jardín, rebosante de flores y aromas vivía una mariposa muy pequeñita, de brillante color azul. La mariposa soñaba con volar muy lejos, pensando que otras tierras serían mejores que su jardín.
Las otras mariposas, las abejas, las avispas, todos intentaron disuadirla pero ella seguía terca en su idea.
Un día, después de una llovizna, salió de la campanilla azul donde se había guarecid, sintió sus alas más fuertes y decidió emprender la aventura.
-Soy la más hermosa y grande de las mariposas –se dijo- Volaré  lejos, más allá del bosque, hasta la morada de los humanos.
Y dicho y hecho, remontó vuelo sin hacer caso de las arañas y las moscas, que trataban de disuadirla. Voló más allá del jardín, más allá del bosque, hasta alcanzar una llanura.
Ahí vio un extraño edificio que relucía al sol de la tarde. Dio varias vueltas hasta encontrar una hendidura por donde pudo entrar.
Vio cosas muy extrañas: personas atareadas, muchas con un tubo blanco en la boca por el que salía humo, personas escribiendo, Todas parecían muy cansadas. Pero lo que la asustó de verdad fue ver cadáveres de flores en jarrones y otras que, a diferencia de las de su jardín, no tenían ningún aroma.
Quiso regresar al jardín pero, por más vueltas que dio no encontró como salir.
Veía perfectamente el cielo azul y los espacios  abiertos, pero tropezaba con una cosa fría e invisible que le impedía el paso.
De pronto sintió un dolor terrible, la habían atrapado y traspasado con un alfiler.
Mientras moría, la pobre mariposa pensó en su bello jardín y se arrepentía de haberlo abandonado.
Demasiado tarde comprendió que lo mejor es lo que ya se tiene, conformarse con ello y disfrutarlo, ya que solo así se es feliz.




EL BESO DEL HADA

Había una vez, en un lejano país un hada a quien le encantaban las mariposas.
Tenía la costumbre de pararse en la puerta de su casa  esperar a que pasara algún joven  galán, les ofrecía un  beso y como era tan linda todos aceptaban, y, al tocar sus labios, se convertían en mariposas bolísimas.
Entonces la  malvada los clavaba en una plancha de madera que tenía en la pared.
Un príncipe prendió darle una lección y le pidió prestados sus poderes a un hada amiga suya y así, se convirtió él mismo en mariposa, se colocó en el tablón como si estuviera pegado a el.
Al poco tiempo, el hada se acercó al tablón y el príncipe voló y, acercándose a los labios del hada le dio un beso. Instantáneamente el hada se transformó también en mariposa.
El hada mariposa se puso a llorar desconsolada y entonces el príncipe mariposa le dijo:
¿Ves todo e mal que causaste? Ahora para volver a ser hada tienes que sentir el verdadero amor. Y quedarás clavada en el tablón hasta que esto suceda.
La Mariola príncipe volvió a ser lo que era y les lleva todos los días polen y néctar de flores para alimentar a todas las mariposas del tablón  devolvió sus poderes de hada a s amiga.
De tanto ver al príncipe y observar lo bueno y amable que era, el hada se enamoró de él.
Una tarde, el príncipe llevaba en un gran frasco de vidrio con el alimento de las mariposas, pero tropezó en la alfombra, el jarro se rompió y le hizo un corte profundo en la mano.
La mariposita se asustó y se dio cuenta de cuanto lo quería. Al verlo herido, se desesperó y como pudo se soltó de la tabla y se posó suavemente sobre la mano herida, dándole un beso de amor.
Inmediatamente, se volvió a transformar en hada porque había amado mucho.
Convirtió a todas las  mariposas prisionera en jóvenes y se casó con el príncipe.
Colorìn colorado, ete cuento ha terminado




EDELMIRA

EDELMIRA

Edelmira, la sirena,
En una roca sentada,
Está esperando al tritón
De quien está enamorada.

¿Qué pasa, por qué me miente?
Le pregunta al sol poniente,
¿Es que me engaña con alguna?
Le pregunta a la luna.

¿Qué pasa, por qué no llega?
Preguntaba a una estrella.
Al fin responde la estrella;
Ya no llores más mi bella.

Ayer me dijo un lucero,
Que vio al tristón atrapado
En un azuelo atravesado,
De un barco camaronero.

La sirena no creyó
Lo que le dijo la estrella
Y le preguntó a la mar
¿No lo puedes regresar?

No le  contestó la mar.
Y la sirena esperó,
Tanto esperó y esperó
Que en sal se transformó

Cuando las sirenas mueren
Como ellas no tienen alma,
Se convierten en sal
Y se disuelven en el mar.

Por tantas sirenas muertas,
Casi todas de tristeza,
Porque pierden sus amados,
Es que el mar es tan salado,

ANGEL NEGRO

ÀNGEL NEGRoP

Este angelito del cielo,
Cuando vivía a ras del suelo
Y era un muchachito humano,
Es seguro que él era
U niño venezolano.
Quizás vivía en un barrio,
De los viejos de Caracas
O tocaba las maracas
En algún caney llanero,
¿Qué más da?
¿Eso que importa?
Ahora ya sé donde está:
Cantandito por los cielos
con el niño Mendefuà




SOY LA TIA DAGMARINA

YO SOY LA TIA DAGMARINA,
TENGO MUCHOS SOBRINOS
TAMBIÈN SOU LA MADRINA
DE MUCHOS MUCHACHITOS
QUE SO BUENOS Y BONITOS
YO LES DOY GOLOSINAS,
CHOCOLATES, MANDARINAS
Y  LOS SUELO ENTRETENER
CON CUENTOS PARA LEER.

CUENTO CUENTOS DE PRINCESAS,
QUE SON TODA BELLEZA,
DE PRNCIPES ELEGANTES
QUE  TAMBIÈ SON MUY GALANTEES
Y DE DRAGONES GLOTONES.

LO ANTERIOR SON RIMAS PARA NIÑOS, SI LE INTERESA QUE A SUS NIÑOS LES GUSTE LA LECTURA DESDE PEQUEÑOS, LOS RECOMENDAOS. EN ETE MISMO SITIO PODRÀN ENTERARSE DONDE PUEDEN CONSEGUIR "LOS CUNTOS DE MI TIA DAGMARINA". PARA ESCUCHAR. ELLOS VIENEN COMPLEMENTADOS POR MARAVILLOSA MÙSICA. INCLUYEN UN LLIBRO DONDE APARECEN LOS TEXTOS NARADOS EN CD Y DIBUJOS PARA COLOREAR. LES GARANTIZAMOS QUE A SUS NIÑOS LES ENCANTARÀN

jueves, 29 de diciembre de 2011

bienveniidos a mis cuentos

bienvenidos a los cuentos de mil tìa dagmarina, les deseo que los disfruten junto a sus niños.
constan de un CD con la narraciòn y de un libro para colorear, que contiene dibujos originales y textos del cuento respectivo
!Què lo disfruten auyudando a sus hijos a interactua!

Los Cuentos de mi Tìa Dagmarina

Cuentos para escuchar, dibujar, leer y contar